domingo, 21 de septiembre de 2008

LA MENTE

Parte 6.-

Veamos lo que la Biblia revela sobre la afectación de ese hombre interior:

1. La mente:
La mente es uno de los sistemas importantísimos en la gran estructura de la personalidad. Ella integra algunas actividades que son peculiares y únicas tales como el pensamiento, la razón, la memoria, la conciencia, etc. La mente quedó afectada por el pecado. La mente del hombre no evolucionó desde los seres inferiores hasta el hombre. La mente ha devolucionado a causa del pecado. El hombre tenía una mente perfecta, con un potencial al ciento por ciento; el pecado afectó su actividad y ahora la mente se ve limitada en sus funciones. Dios nos revela la condición de la mente del hombre en su estado pecaminoso:
La mente sin Dios es aquella que no ha sido afectada por la gracia divina. Es descrita con una naturaleza sumamente pecaminosa. De ella se dice que es una ; “una mente corrompida” (Tito 1:15); “una mente carnal” (Col. 2:28), “una mente enemiga” (Col. 1:21); “una mente vanidosa” (Efe. 4:17); “mente reprobada” (Rom. 1:28); ¿Qué se puede esperar de una mente de esta naturaleza?.
Su cerebro, que es el vehículo físico que toma la mente para su actividad, ha sido dañado por el vicio, el tabaco, el alcohol, las drogas alucinantes, etc. La actividad más importante de la mente es pensar. La Biblia nos presenta un cuadro triste de la naturaleza y manifestación de los pensamientos del hombre sin Dios:

-- Pensamientos afectados por el pecado: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo al mal” (Gén. 6:5)
-- Los pensamientos del hombre determinan su modo de vida: “No comas pan con el avaro, ni codicies sus manjares; porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él...” (Prov. 23:7)
“Extendí mis manos a pueblo rebelde, el cual anda en camino no bueno, en pos de sus pensamientos”. (Isa. 65:29
“Sus pies corren al mal, se apresuran a derramar sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad...” (Is. 59:7)
-- Los pensamientos malos hacen errar al hombre. “¿No yerran los que piensan el mal? Misericordia y verdad alcanzarán a los que piensan el bien”. (Prov. 14:22)
-- Los pensamientos de los malos son vanidad: “Jehová conoce el pensamiento de los hombres que son vanidad. (Sal. 94:11)
-- Los pecadores solo piensan en lo terrenal: (Filp. 3:19)

El único que puede cambiar la naturaleza pecaminosa de la mente humana es Dios. Cuando esa mente es cambiada por Dios, Él concede una NUEVA MENTE : “Más nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Cor. 2:16). Esta nueva mente es regulada por la Revelación Escrita, La Biblia (Heb. 8:10), por lo cual tiene la capacidad de “pensar en las cosas que son del Espíritu” (Rom. 8:5); tiene la capacidad de amar a Dios de una forma consciente (Mat. 22:37); tiene la capacidad de renovarse en Dios (Efe. 4:23), por lo cual, Dios la llena de sabiduría para entender los misterios (Apoc. 17:9) y para servir a la ley de Dios (Rom. 7:25); y para pensar en cuestiones edificantes para el espíritu, (Filip. 4:8-9). ¡Qué diferente ahora!. ¡Dios sana la mente y trae paz al corazón!.
Del interior del creyente sincero, del hijo de Dios, del siervo de Dios salen pensamientos diferentes; y es bueno que analicemos, para nuestro consuelo y beneficio la naturaleza de los pensamientos de un corazón regenerado por la Palabra y como ellos pueden ser un antídoto para desarticular los “dardos de fuego”:

-- Los pensamientos que fijamos en Dios traen perfecta paz al corazón. Is. 26:3; Filp. 4:7.
-- Los que piensan el bien tendrán alegría. Prov. 12:20
-- Los que piensan el bien, “misericordia y verdad los alcanzarán” Prov. 14:22
-- Los que “piensan en generosidades, por sus generosidades serán exaltados” Isa. 32:8
-- Los pensamientos de los justos son sabios e inteligentes. Salmo 49:3
-- Los justos piensan con cordura. Rom. 12:3
-- Los justos piensan en las cosas dignas de alabanza. Filp. 3:19
-- Los justos piensan en el pobre. Sal. 41:1
-- Los justos piensan para responder. Prov. 15:28
-- Los pensamientos del justo son rectitud. Prov. 12:5
-- Por todo estos “los pensamientos del justo serán afirmados” Prov. 16:13

¿Pueden acaso los sicólogos, con sus “terapias” generar una mente como la descrita por la Biblia y dada por Dios a los que le aman?. Jamás. Todavía no conozco a nadie sano de su mente a través de métodos siquiátricos ni sicológicos. Estas personas en esta condición deplorable han alcanzado sanidad plena, cuando se han vuelto de su pecado a Dios y han recibido de parte del Señor completa y plena liberación.

“AL QUE EL HIJO (JESUCRISTO) LIBERTARE, SERÁ VERDADERAMENTE LIBRE” Juan 8:36


2. Afectos.- (corazón)
El corazón se revela en la Biblia como el centro de nuestra personalidad y también el asiento de nuestras emociones y afectos. Dios le dio al hombre un corazón recto, limpio, santo. Pero el pecado golpeó duramente y el corazón del hombre fue degenerado.
Es el corazón el que ama, el que odia, el que se aflige y sufre; es el que siente felicidad, el que cae en la más profunda de las depresiones o el que teme. El corazón es el que se tuerce y corrompe, se ensucia y ennegrece, o el que se limpia y siente paz. En él puede hacer morada Satanás o puede hacer morada Dios, en toda Su plenitud.

Es tan importante para Dios la parte afectiva del hombre, que lo primero que le pide Dios al hombre, es “su corazón” (Prov. 23:26). Éste es tan susceptible e inclinado al mal, que Dios nos precave diciendo: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón” (Prov. 4:23); es tan variable, que nos alerta diciendo: “Engañoso es el corazón mas que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá?; es tan complejo, que su “consejo” se compara con “aguas profundas” (Prov. 20:5); llega a dominar de tal forma a la personalidad, que el hombre llega a ser “tal cual es el pensamiento de su corazón” (Prov. 23:7) y es tan voluble que “el que confía en su propio corazón es necio”. (Prov. 28:26).

Este es el cuadro sintético, pero preciso que nos muestra el libro de los Proverbios en cuanto a los afectos del hombre. Podemos entender, entonces, el por qué de la reacción del hombre pecador ante el objeto que le impresiona; su correspondencia ante las exigencias del medio y ante sus propias exigencia sicosomáticas: sus sentimientos, sus emociones, sus tendencias, sus pasiones proceden de un corazón afectado por el pecado y un corazón contaminado “porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre...” (Mat. 15:18-20)). El medio y objeto corrompido, corresponden y responden al corazón corrompido del hombre. Sujeto y objeto se atraen.

Toda esta situación es la que ha traído todas las consecuencias perturbadoras del hombre. Puesto que el hombre es incapaz de controlar su mundo emotivo, ha perdido el control “del coche y el caballo desbocado y descontrolado” lo conduce, a gran velocidad al precipicio que se aproxima.

De todo esto se ha aprovechado Satanás para hacer que “el espíritu que está en el mundo” induzca y controle al hombre, que en medio de su impotencia y descontrol, es incapaz de rebelarse contra aquello que Pablo describía como “la ley de mis miembros , que se rebela contra la ley de mi mente (razón) y que me lleva cautivo (coacción de la libertad) a la ley del pecado que está en mis miembros (por la consecución de los actos producto de las tendencias torcidas del hombre)” (Rom. 7:23). Esta es la causa por la cual el corazón del hombre rechaza al corazón de Dios, ya que éste no puede corresponder a los intereses egoístas y pecaminosos del humano. Son dos naturalezas que se oponen, que se polarizan: son irreconciliables.

Esta situación nos lleva a una crisis, porque si bien el hombre rechaza a Dios, Dios sigue buscando al hombre. De igual forma que el hombre ha hecho “del mundo y las cosas que están en el mundo” su objeto, Dios ha convertido al hombre en el objeto de su búsqueda, colocándolo en una permanente confrontación con Él. Esto produce un permanente choque; el Señor choca con la naturaleza pervertida del ser humano y éste se rebela ante las demandas de un Dios santo ante el cual el hombre se siente incómodo. Se hace, pues, necesaria, para la solución de la problemática del hombre, un cambio de naturaleza, que corresponda a la naturaleza divina de Dios. Es necesario, pues, una gracia especial y superior en el hombre que le capacite para corresponder a Dios. Esta es la GRACIA de Dios que se manifestó a todos los hombres para salvación...” Esa gracia salvadora surte en el hombre dos efectos, primero: lo capacita para renunciar a LOS DESEOS mundanos (afectación de la parte afectiva), y segundo: “vivamos en este siglo (gr. “época o espíritu que reina en este tiempo) sobria, justa y píamente” (afectación de nuestros actos que corresponden al objeto: DIOS). (Tito 2:11-12).

Cuando Dios viene al hombre, afecta toda su personalidad: no sólo la parte afectiva de éste, sino también su mente con todas sus capacidades: intelecto, juicio, razón, inteligencia, memoria, pensamientos, discernimiento, etc. El cambio es tal, que la Biblia cataloga al hombre de Dios como “poseyendo la mente de Cristo”, una mente cuyo entendimiento puede ser renovado y que produce un cambio experimental dentro del ser (Rom. 12:2; Efe. 4:23) definiéndolo como “un nuevo hombre”, “una nueva criatura”. Una mente espiritual, justamente con afectos santos, es capaz de hacer de la voluntad de Dios, nuestra voluntad.

3. La voluntad.-

Para hacer real todo esto, Jesucristo entra en el hombre, se entroniza junto con el Padre y el Espíritu Santo en “el asiento del coche”. Los tres toman las riendas de la voluntad y dirigen, amansan y controlan “al caballo” que llevamos dentro, guiándolo a lugar seguro. (Sal. 32:9) . Entonces al hombre le es fácil hacer la voluntad de Dios.
La voluntad del hombre natural, está sometida, es esclava de los deseos descontrolados y de una mente súbdita de esos deseos. La voluntad del hombre camina en dirección opuesta a la de Dios. Esta condición es descrita por la Biblia de la siguiente forma:

“Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu de que ahora opera en los hijos de desobediencia. Entre ellos vivíamos también nosotros en otro tiempo, andando en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, ; y éramos, por naturaleza hujos de ira, lo mismo que los demás”. Efesioss 2:1-3

En la obra trasformadora del Espíritu, lo primero que Dios hace en el corazón del hombre es limpiarlo con la sangre incorruptible de Jesucristo:

“La sangre de Jesucristo Su hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7)
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” Mat. 5:8

En segundo lugar, afecta la mente, sanándola para pensar en las cosas que son del Espíritu:

“Los que son de la carne, piensan en las cosas de la carne, pero los que son del Espíritu en las cosas del espíritu”

Cuando el corazón y la mente son sanados, la voluntad del hombre es controlada por Dios para hacer Su voluntad:

“Porque Dios produce en vosotros el querer como el hacer por su buena voluntad”
Filipenses 2:13

La verdadera felicidad del hombre reside en el ajuste de la voluntad de éste a la voluntad de Dios. Aquí comienza el proceso deliberación de todos los males del hombre. Pero esto ningún psicólogo lo puede lograr; solo Dios, Su Palabra, Jesucristo.

“Y conoceréis la VERDAD y la VERDAD os hará libres”

8 comentarios:

Unknown dijo...

Muy interesante lo expuesto en el artículo y soy testigo fiel de que el único que realmente nos puede cambiar es Jesucristo. Si bien el psicólogo o psiquiatra son de ayuda, no sirven de nada y si uno no conoce a Dios por medio de Jesús. Bendiciones.

PD: Un comentario más, tantos colores de fondo y el color rojo de las letras hace que se haga más difícil visualizar el contenido del artículo, ojalá lo mejoren. Saludos.

Unknown dijo...

Dios les bendiga hermanos, creo que hay un error al principio con una de las referencias biblicas, “una mente carnal” (Col. 2:28), no existe ese versiculo.

Unknown dijo...

Que es la mente studs

Unknown dijo...

La mente es el cerebro?

Unknown dijo...

Muy buen articulo, les agradezco el haberlo hecho.

Dios los bendiga!

Unknown dijo...

Definitivamente si queremos una mente mas aguda brillante debemos ahondar más en los estudios de la sagrada escritura. Pidiendo siempre la dirección al Espiritu Santo. Amén.

Zonia Franco Pinto dijo...

Porque quiero que sepáis cuán grande lucha sostengo por vosotros,y por los que están en odisea,y por todos los que nunca han visto mi rostro.para que sean consolados sus corazones,Unidos en amor,hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento,a fin de conocer el misterio de Dios,y de Cristo.Filipenses 2:1-2-3-En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

Unknown dijo...

EXCELENTE ARTICULO MUY PROFUNDO Y PRECISO DIOS LOS CONTINUE USANDO CORRECCION ES COL 1.18

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